Uno de los grandes aliados de la educación es la tecnología. Es un recurso que motiva al alumnado, que elimina barreras, que los prepara para el futuro… Sin embargo, como cualquier instrumento requiere una adaptación para el usuario. Y es en ese paso en el que los alumnos de tecnología de 1- ESO están involucrados. Desde esa área, han trabajado el lenguaje computacional programando juegos con Scratch y se han introducido en la electrónica de Arduino creando los mandos con Makey-Makey.

«Ha sido una actividad que nos ha gustado mucho. Hemos podido jugar, aprender, pero, sobre todo, ayudar a otras personas que tienen dificultades para jugar»

(Enaitz, Jon y Aitor DBH 1.)

Al comenzar el curso se les planteó el reto: tenían que crear un hadware inclusivo para que personas con dificultades motrices o algún tipo de discapacidad pudiera usarlo. Es decir, más concretamente, un mando y un videojuego adaptados para Pedro, un alumno de nuestro colegio que utiliza los pies tan hábilmente como nosotros las manos. Pedro se ha ido ajustando siempre a su entorno; no obstante, en esta ocasión sus compañeros están haciendo algo maravilloso: el entorno se está adaptando a él. En palabras de su profesor Andoni: «Porque Pedro tiene capacidades que el mando de la PlayStation no le deja desarrollar, pero los creados por sus compañeros, sí.»

Es una forma de involucrar a unos y a otros en el colegio, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que aprendan a ponerse en el lugar de otras personas, que se asombren con lo que pueden lograr y, sobre todo, que disfruten.

«Con esto estamos creando. Por ejemplo, estos teclados cada uno es diferente, cada uno hemos estado pensando qué podíamos hacer para lograr que funcionará. Hemos conseguido que con unos pedazos de aluminio Pedro pudiera jugar. Algo que nunca se nos hubiera pasado por la cabeza. Que cada uno tenga la posibilidad de crear un mando y hacer feliz a Pedro es… «

(Alain DBH 1.)

Para todos ellos es un momento único.

Los alumnos de DBH 1. están emocionados. Conocen a Pedro, es real, han visto qué es lo que necesita, como se las arregla diariamente y están encantados de hacer algo por ayudarle, algo a lo que le ven un uso directo en la vida real.

Para Pedro qué decir, en cuanto escucha que llega el momento de poner a prueba las creaciones de sus compañeros, se le cambia la cara. No sólo va a poder estar un rato jugando, no sólo lo va a hacer con unos mandos adaptados para utilizarlos con los pies, sino que, además, tiene que evaluar/valorar el mando y el videojuego, debe indicarles como lo pueden mejorar. Él, un alumno de tercero de primaria, les ha proporcionado su experiencia de usuario para que pudieran empatizar mejor con él y añadir las mejoras que tras el prototipado y el testeo, siguen llevando a cabo. De esta forma, él mismo está involucrado en la creación y personalización del recurso.

“Han hecho un buen trabajo, porque han mejorado el juego y los mandos para que yo pueda jugar”

(Pedro LH3)