«El voleibol escolar alcanza el ecuador de la campaña con unos números en ascenso» (Eduardo Izquierdo) Esta temporada compiten 40 equipos alevines y 27 en edad benjamín.

Artículo e imágenes publicadas en El Correo el pasado jueves 30 de enero sobre el voleibol escolar y la jornada de voleibol que se llevó a cabo en nuestro colegio el pasado fin de semana.

La campaña del voleibol escolar para alevines y benjamines ha sobrepasado el ecuador. Y lo ha materializado con unas cifras esperanzadoras. La progresión que venían firmando durante los últimos años continúa en ascenso. Términos como líbero, receptores, colocadores o bloqueos son ya muy habituales en las conversaciones entre las jóvenes que apuestan por esta disciplina como actividad deportiva. Solo la escasa presencia de chicos pone la nota discordante, aunque gracias al trabajo de los clubes y la federación se está intentando cambiar el rumbo y poco a poco el número de jugadores masculino está creciendo.

El pasado fin de semana se diputó la cuarta reunión para categoría alevín y la tercera en benjamín. Respecto a los mayores han batido una importante marca al disponer de 40 equipos. Esto ha motivado que en alguna jornada se les deba separar por problemas de infraestructura, como sucedió en la última, donde unas escuadras se desplazaron hasta el Colegio Madre de Dios en el barrio bilbaíno de San Ignacio y otros acudieron a Durango. «La idea siempre ha sido intentar juntar a los 40 conjuntos. Depende de donde se organice no todos tiene la capacidad. En Getxo, Galdakao, Lekeitio y Sestao disponen de polideportivos que nos permiten montar ocho campos para que se desarrolle la jornada completa. Estamos muy contentos con el rendimiento de las chicas y chicos. El sistema de las ‘topaketak’, una al mes, sigue funcionando, al igual que el sistema de competición. Juegan todos contra todos sin dar importancia al resultado y a las clasificaciones, aunque cuando saltan a la cancha compiten y tratan de ganar como si fuera un campeonato del mundo. Las familias también están satisfechas con el desarrollo de las jornadas y con el buen ambiente que se genera», indica Alberto Olalde.

A los equipos les dividen en grupos de cuatro. Se miden entre ellos en choques con una duración de 25 minutos de tiempo corrido. «Más o menos se disputan tres sets a 15 puntos. Juegan seguido entre una hora y hora y media, lo que vendría a ser un partido. Intentamos separarle por el nivel que acreditan para que continúen con su progresión y los duelos no estén desnivelados. Hay algunos que llevan dos-tres años entrenando, otros son de primer año o segundo, escuelas que trabajan más o nuevos equipos que surgen. Para que no jueguen siempre contra los mismos en la siguiente les cambiamos», explica.
Las próximas ?topaketak? para alevines están programadas en Lekeitio -22 de febrero y 15 de marzo-, mientras que los benjamines se citarán en Durango. «Estos tendrán la fiesta final el 5 de abril en Galdakao. Ha habido años que les juntábamos, pero ahora con la inscripción registrada no podemos. A final de campaña repartimos premios para todos. Modificamos el sistema y juegan como si fuera Copa. Aunque pierdan siguen tomando parte y se disputan 20 finales», subraya.

La cantera vizcaína gira alrededor de cinco ejes: Getxo, Lekeitio -«tienen una fuerza tremenda, parece que todas las chicas juegan a voleibol»-, Galdakao, Sestao y el Colegio Madre de Dios. Poco a poco están recogiendo frutos. «Se trabaja mucho y con mucha gente. Hay calidad y los resultados se reflejan. Está subiendo el número de personas que quieren apuntarse. Ahora están entrando en esa dinámica Durango y Munguía, que están tratando de recuperar la fuerza de antaño», añade Olalde.

Voley  playa

El voleibol es tradicional muy femenino. Los chicos apuestan por otras especialidades y hasta que no llegan Bachiller solo practican deportes mayoritarios. «Hasta esa edad es muy difícil engancharles. Es cuando quieren probar cosas diferentes. En Sestao han salido 8-10 chicos en benjamines y hemos conseguido que sigan. Esta campaña, después de unos años sin equipos de chicos, disponemos de dos infantiles que compiten contra las chicas. Nuestro principal trabajo se centra en recuperar la presencia masculina».  Subraya.

Cuando concluye la actividad en las canchas, el voley playa es el destino de los chavales. En los arenales los alevines disputan cinco jornadas más. Cada día goza de mayor arraigo entre los jugadores y cuenta con mucho tirón. «Al ser en mayo, con el final de curso cerca, disfrutan y es muy atractivo. Una de las claves hay que encontrarla en lo bien que se está trabajando. La temporada pasada una pareja de Galdakao se proclamó campeona de España juvenil, Sestao y Getxo, subcampeones de clubes. Poco a poco el voley playa vasco se ha colocado en la cuarta posición del ranking estatal, un milagro hace seis años. Y está muy claro que este éxito procede de los réditos que estamos recogiendo gracias al circuito escolar que cumple su decimotercera edición, por donde año tras año pasan 400 chavales. Y, además, es muy divertido», sentencia Olalde.

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