Mis recuerdos comienzan hace 44 años al bajar del andén de la estación de San Ignacio. Miré hacia arriba e inicié un camino que hoy culmina: primero, como maestra en todos los niveles de E.G.B, especialmente enseñando Ciencias Sociales, y luego, ya licenciada enseñé en Bachiller y C.O.U, donde impartí diversas asignaturas durante muchos, muchos años. Especialmente mi predilecta: Historia.

En todos estos años, me he apoyado en tres pilares. El primero, las religiosas Esclavas de la Eucaristía y de la Madre de Dios que confiaron en mí y han estado a mi lado en alegrías y un par de tristezas. Después, las y los compañeros, tantos y tan cabales. He tenido el privilegio de sentiros a mi lado siempre y, de manera especial, cuando me sorprendisteis de forma tan grata aquel  03/11/17.

Y, como broche de oro, el alumnado: niñas y adolescentes entonces, mujeres y hombres de hoy que cuando me los encuentro en la calle, en la tienda, en el despacho… me sonríen y me dicen: ¿sabes?, ¡yo fui tu alumno!

Amaya Vidal Manceñido